lunes, 24 de marzo de 2008

Soto de Viñuelas

Llevaba tiempo sin aparecer por aquí, al menos en la plenitud de la luz del día...

HPIM3791


Es sólo una tapia de piedra lo que marca el camino; una interminable hilera de piedra que serpentea por las colinas hasta volver a encontrarse consigo misma al cabo de treintaitantos kilómetros. El campo "es aburrido", según dicen... monótono. Pero siempre hay algo en ese camino hacia adelante, siempre hay un bosque de encinas, un juego de sombras y tonos de verdes a un lado de ese camino… y siempre hay un paisaje encantador cuando la vista asoma al otro lado de la tapia.

Una tapia que he llegado a observar iluminada por la luz de la luna llena en un escenario casi fantasmagórico. La tapia inspira quietud, e impide que el silencio traspase sus barreras. Al fondo… hacia cualquiera de los cuatro puntos cardinales el horizonte queda sujeto por una inmensidad bañada de árboles que permanecen en la eternidad.

...Panorámica de las nieves sobre la línea de los dos mil que corona la sierra… blancas cumbres visibles hasta el umbral de la primavera y, como antesala de la mole pétrea, el cerro de San Pedro, el santo guardián cuyo nombre viene heredado de la misma piedra... el portón de la sierra de Guadarrama con su característico tono rojizo.

Hay quien prefiere rodear esa tapia misteriosa a bordo de dos ruedas… en muchas ocasiones, lo hacen jinetes y, a veces, aún con todo lo largo que resulta el recorrido, hay algún loco que la prefiere recorrer a pasos cortos o... a pasos largos. Nunca lo vi surcado por pasos largos hasta hace bien poco y… resulta que a las gentes que vi hacerlos... las conocía.

Les seguí. Vibraban sus ilusiones en su interior: dejaban fluir sus retos y jugar sus deseos con el viento en forma de oraciones… de planes, de incertidumbres:

- Yo, dentro de dos meses, 100 km…
- Y yo, 50 km.
- Pues yo… después de hacer 42, otro día, llegaré al kilómetro pero… hacia arriba… casi tocando el cielo, porque 91 metros ya me parecen muy pocos.

Un pueblo a lo lejos... el camino retorna hacia el sur.


Se agotan sus fuerzas a la llegada del angelus (aunque no estoy seguro de si en jueves santo se canta el ángelus), se miran, se ríen, se sienten los unos los otros... se siente la presencia del viento y aún queda un largo día por delante…

Ah... siento ser aguafiestas, amigos: ¿32km? ¡qué vá!: fueron exactamente 29.300 m.

RutaSoto