domingo, 20 de enero de 2008

Masas de agua



Parece ser que por ley natural, todo fluye y confluye: los miles de arroyos vierten sus aguas en el gran río que surca el valle... Y en mi caso, aun sin poder decir que las aguas tienden a ganar el cauce de un gran río, reviso las fotos tomadas en apenas 24 horas desde la mañana del sábado hasta la mañana del domingo, y veo… eso, tal vez por casualidad, mucho agua.

Sábado, No lo tenía planeado, pero terminé en la junta de los ríos: ahí, el jarama,



y desde mi posición, en esa pequeña playa, girando la cámara 30 grados hacia el oeste, el manzanares, algo degradado, pero con la belleza de un acantilado de la marañosa despidiéndole antes de que se funda en un abrazo con el río Jarama.

...





Domingo por la mañana, camino hacia real sitio de San Lorenzo El Escorial. Embalse del Molino de la Hoz, conteniendo las aguas del río guadarrama en el término municipal de Las Rozas… Lo descubrí durante una inspección del municipio. Siempre quise pararme a fotografiarlo pero nunca lo logré. Ya, por fín; aquí está: lo había prometido. La magia de lo inacabado es lo que a menudo hace mantener la ilusión por volver.a un lugar…

su vista desde el puente, hacia el norte…






…Y hacia el sur:

Agua… estancada, detenida en el tiempo, como queriendo detenerlo también. Bendita sea y que no nos falte.

¡Que no se me olvide! la estrella del domingo: Embalse de Valmayor, en El Escorial:

jueves, 10 de enero de 2008

puedo salir, puedo seguir



Tengo que volver hacia atrás; de nuevo a des-andar un largo camino que atraviesa un macizo montañoso. Tendré que hacer noche y no llevo útiles de montaña, pero estoy seguro de que me defenderé…

Antes de retroceder, paco me recuerda que dejó guardado su saco de dormir y mi funda de vivac en aquella oquedad, al pie de la montaña del desfiladero.

Cuando llego al lugar, aún de día, avisto la entrada al refugio. Y entro arrastrándome boca arriba por el estrecho agujero por el que se accede a la entrada de la gruta. No lo hago con mucha comodidad ¡Cawen10… cada vez me cuesta más agacharme!

La luz que se cuela por ese agujero es suficiente como para mantener el suelo de la caverna iluminado, y aún envuelto en su reflejo puedo ver, junto al saco y un macuto, a Isaac sentado en una losa, y amasando una pelota de arcilla.

- No necesitas el saco para nada – me dice Isaac-; eres un tío duro y además no hay tiempo que perder, continúa antes de que te quedes frío.

Sus palabras me motivan… Chocamos los nudillos con los puños cerrados (saludo metalero) y me dispongo a salir, ya plenamente confiado, hacia el exterior…
.. y al deslizarme, noto que me estoy quedando encajonado en la estrecha salida, cada vez más pegado a las paredes, de modo que mi propio cuerpo tapona el paso de la luz. Arrastrarme por el interior de esas paredes con recovecos y salientes resulta ser una tarea dificultosa pero, poco a poco, lo voy logrando.
“¡¡Aysssss!!... Tengo que empezar a tomar medidas serias…” pienso mientras recuerdo los guarismos con que últimamente me insulta mi báscula de baño. Tanta navidad festiva es lo que tiene…

Consigo salir al fín. Aunque desde el primer momento he estado seguro de poder hacerlo, ya se me estaba paseando por la imaginación el apurado panorama de quedarme encajado en la roca.
Desde que entré han pasado sólo un par de minutos y, al salir al exterior, veo que casi ha anochecido. La figura de la reina del cielo, la luna creciente, se puede ver nítida; su fría luz blanca pinta las rocas de un tono claro y un brillo tenue… ese es el camino que debo seguir, hasta el Polideportivo de Colmenar Viejo.

...Y de súbito, despierto; no quiero ni mirar el reloj porque quisiera volver a dormirme para descansar… Recreándome en esas familiares sensaciones de verme envuelto por la roca, noto como pasan y pasan los minutos. Entonces enciendo la luz: son las cinco de la mañana… Tengo una sensación, que no desaparece, de estar plenamente despierto y despejado
... hasta que, en el momento de sonar el despertador, me siento realmente cansado y somnoliento… la madrugada del martes, 8 de enero de 2008, ya ha llegado a su fin.

Hacía tiempo que no recordaba aquellos paseos nocturnos por las galerías que surcan el corazón de la montaña, cualquier montaña, o incluso el subsuelo abandonado de la ciudad, cualquier ciudad. Todos esos episodios fueron subconscientemente inspirados por la aventura que cuatro montañeros protagonizamos en algún día - o noche, qué más da - de octubre de 1999. en el lugar de La Célebre Cueva del Reguerillo, en Patones. Nuestras largas horas inmersos en un mundo indescriptible, las dejé relatadas aquí:
http://garaje.ya.com/mmaldom/reguer/regue.htm

Tuvimos suerte; lo planeamos a tiempo porque, a los pocos años, el acceso a las galerías fue sellado…. Nadie puede ya, por iniciativa propia entrar allí: El motivo fue porque hubo dos grandullones que en dos ocasiones distintas se quedaron atascados en el estrecho paso del tubo vertical, y tuvieron que intervenir los cuerpos especiales de montaña para sacarlos de allí, incluso llegando a plantearse la posibilidad de utilizar cargas explosivas…

Hacía tiempo... repito. Pero además, esta vez, ha habido algo más y que nunca me había pasado: en esta reciente madrugada he experimentado esa sensación de aprisionamiento pero, a la vez, de confianza en mí mismo; curioso… pude pasarme el día entero tratando de buscar la explicación a esa sensación espontánea, surgida de la nada pero… preferí continuar el largo camino que aún me queda por recorrer.

No olvidéis leer el enlace que os he dejado, antes de que cierre el acceso a esa web como hicieron las autoridades con la cueva.