martes, 17 de abril de 2007

¿Por qué los llamarán “servidores”?

"Servir", servirán, digo yo... pero a cambio de servirnos, nos someten a la más aplastante de las esclavitudes… consiguiendo que nuestro trabajo dependa exclusivamente de su buena configuración. Cualquier DNS mal definido, apilamiento del logs, saturación de la caché, llamada remota fuera de protocolo, o mancha de chocolate en la tecla de escape, provoca un sinfín de cadenas de sucesos invisibles o declarados de consecuencias incalculables pero fácilmente imaginables: la extensión del administrador de la red (cargo que en situaciones de crisis suele ser designado a dedo, o por cojones, en función de tu destreza y soltura al pronunciar la palabra güindous equispé) se colapsa por cúmulo de llamadas de desesperación movidas por la plegaria número uno del catecismo empresarial: “necesito terminarlo para hoy”.

Además de interlocutor de estos monstruos dominantes (“servidores”, insisto, lo que yo de chuachenaguer) y de traductor simultáneo o retardado de su ininteligible lenguaje, has de ser una especie de gurú que ha de dar respuesta a las dudas más existenciales del personal (“¿Por qué ha pasado si no tenía por qué pasar?)”, o bien, de desempeñar el papel de consejero ministerial de los administradores “¿cuánto gasto va a suponer?”... o haciendo diagnósticos cual erudito doctor en sexología “¿Cuánto tiempo llevais ya sin correos?”

“¿has llamado ya a telefónica?” preguntan cuando desenganchas un cable de red de la roseta; “¿hiciste copias ayer?”, dice siempre alguien cuando pierden una carta de amor punto-pepeese en el laberinto de directorios, subdirectorios y subsidirectorios… sea o no culpa del monstruo. Y todos piensan que eres una especie de sereno con mil llaves, que ni come ni duerme, cuando comunicas en un mensaje “Por tareas de actualización del sistema, el servidor será apagado a las cuatro de esta madrugada” (ingenuidad suya, tal vez…)

Supongo que tendré que aceptar que son cosas, o caprichos, de las mal llamadas rachas… aunque científicamente siga convencido en mi fuero interno que las rachas no son sino tempestades fruto de los vientos mal sembrados. Y no digo que hayan sido sembrados por mí: lo que sucede es que las máquinas no entienden de culpables y son absolutamente mecánicas a la hora de degollar si mirar a la cara al chivo expiatorio: “a mí me programaron mal…me importa una RAM quien fue” , al que le pille ahora, que se joda”.

En fin: paciencia infinita con los electroduendes. Ardua tarea, mas noble reto, el de reeducar su pérfida tendencia a “desenseñar a desaprender cómo se deshacen las cosas”. No niego que el pasillo hacia mi futuro está de frente según se sigue caminando sobre la alfombra, pero ciertamente y según ya esperaba, primero tengo que barrerla. Aunque como a veces pasa (”shit happens”), últimamente sólo he soltado la escoba para agarrar un resfriado.

2 comentarios:

Syl dijo...

A uno no le eligen "a dedo" porque sí...tengo muy claro que si te han puesto de "servidorreparador" es porque vales...bueno, mi opinión ya la sabes...te podrían haber puesto a hacer cualquier tarea, que tú el caso es ponerte.

Sabemos que has contestado porque te leemos. Las negritas se ponen como en el foro... (b)greyecillo(/b) y donde están los paréntesis, los signos de mayor y menor.

Besitos.

Yo mismo dijo...

Con lo chulo que era darle a "CLS" y borrar todo...JOB no tenía ordenador ¿verdad? entonces no sé porqué de su famosa paciencia, jaja....
Un abrazo
Sierra
Saludos desde Málaga, me voy a resetearme...