No avisa. Se presenta frente a ti, traicionera, por sorpresa, quizás en el momento más inoportuno.
Hoy me pregunto cosas que casi nunca me paro a preguntarme; tal vez nunca lo hago por no caer en la necesidad de hacerme preguntas sin respuesta… Hoy me pregunto si esta poderosa sierva del dolor está regida por la divinidad, o por la malignidad, si su presencia es tal vez fruto del azar, o más aún, obedece a algún ya catalogado algoritmo del caos…
Comencé a sentir síntomas de debilidad en la tarde del pasado martes 3… tenía dificultad para completar el ciclo respiratorio… el miércoles experimenté entonces una pesada mañana en la que ya comencé a presentir lo peor, y esa misma tarde, con cuatro benditos días festivos por delante…. decidí plantar la bandera de la resignación. He hibernado durante tres largos días…
Durante todo ese tiempo, aturdido y somnoliento por el efecto de los remedios medicinales… apenas tenía constancia de lo que acontecía en un mundo exterior del que, de golpe, había sido apartado. El tiempo se reducía a una cárcel de unidades indefinidas: minutos, horas… ¿es tarde o noche? ¿qué más da? Por mi conciencia no pasaban las horas. De mi boca sólo salían leves murmullos, escasas palabras; de cada rincón de mi piel, sudor. Apenas he podido comer… ¿para qué tan magno esfuerzo?
Al despertar parcialmente de esta pesadilla, me he encontrado de nuevo de bruces contra un invierno, aunque extemporáneo, resurgido y en todo su esplendor. Un inoportuno retroceso en el calendario anual frente al que no hace mucho entonaba cánticos primaverales.
Necesitaba un descanso, pero no un “descanse en paz” .
Necesitaba cansarme para sentirme descansado después de tantas semanas sin apenas descanso.
¿Qué es el humor, la resignación… sino una mera herramienta, un mecanismo de defensa para caminar firme cuando al fin se atisba la oportunidad, aunque tarde de alejarte de sus garras…?
¿Y qué otra cosa iba a hacer sino desprenderme de un nuevo borrón, y pasar página?
Aún con melancolía por haber acumulado otro puñado de valiosas hojas arrancadas del calendario en el baúl del tiempo perdido, con la garganta algo colapsada… he vuelto a caer arropado por las lanas.
Buenas noches… mañana, compraré otro calendario.
someone is waiting behind an unlocked door
grey circle's overhead, empty's on the floor
the cracks in the walls have grown too long
the slow hand is dragging on,
afraid to meet the dawn
one too many wasted sunsets
one too many for the road
and after dark, the door is always open
hopin' someone else will show
(Deep Purple,1984)
(Deep Purple,1984)
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